La Navidad
es un tiempo para celebrar el nacimiento del Niño Jesús. Es también una época maravillosa
en el que se respira generosidad, humildad, gratitud, solidaridad,
reconciliación, paz, amor. Es motivo de festividad, y su enseñanza cobra vida
en la humanidad. Durante esta época estamos llamados -más que nunca-, a vivir
los valores que sobresalen en la tradición navideña.
Compartir
las tradiciones en familia y transmitir la importancia de dar y recibir
amor, de ser solidarios, de alimentar el espíritu y de disfrutar de las
pequeñas cosas de la vida, se convierten en el mejor regalo que podemos ofrecer
a nuestros seres queridos. Es un tiempo para renovar la fe en Dios, amar a los
demás, y poner en alto el amor y paz. Para ello es fundamental compartir con quienes
nos rodean los valores, mostrando que la felicidad no solo está en los
obsequios y en los regalos materiales. Lo primordial es disfrutar con
alegría y espiritualidad. Cuando transmitimos el mensaje de renovación de
fe y alegría, esto, fortalece las
tradiciones navideñas.
Estas
son maneras de cultivar el espíritu y encontrar felicidad en el interior de
cada uno. Reflexionar y orar juntos, hablar sobre el significado de la Navidad
en las distintas tradiciones, contar anécdotas sobre la celebración de estas
tradiciones en la familia, son una manera de fortalecer el espíritu navideño.
Además, es momento para compartir con las personas queridas y para dar,
no solo para recibir.
La
Navidad es tiempo de costumbres que invitan a participar de un
mensaje de amor y de entrega.
Motivar
a los demás crea un ambiente de unión y elimina barreras entre amigos cercanos
o conocidos. Cuando enseñamos a compartir con el propio ejemplo con
aquellos que lo necesitan, se obtiene como recompensa el ser solidarios y a
estar dispuestos a dar desinteresadamente.
La navidad
es no obsesionarse con la lista de regalos. Aquello que pedimos desde nuestro
corazón tiene un gran valor. Por ejemplo la salud de un familiar el bienestar
de los amigos o vivir en armonía. Adicionalmente no todos los obsequios
que se hacen en navidad deben ser comprados. Regalar una tarjeta o hacer una
invitación a comer puede ser mas valioso.
Ante
los cambios del mundo moderno, muchas de estas tradiciones se han ido
perdiendo. En efecto, muchos niños y adultos parecen ajenos a un tiempo tan armonioso
como es la navidad.
Ante
todo una actitud amorosa, generosa y alegre es lo que realmente importa.
"Os
ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor.” Lucas
2:11